Cuantas veces volamos, millas recorridas y el cuerpo quieto; muchas veces inmóvil frente a una pantalla.
La mente recorre paisajes que pareciera ya haber recorrido. Volvemos a ciudades no visitadas. Compartimos momentos con personas que aprendimos a conocer volando, sin mas estimulante que las palabras y una mente capaz de crear el mundo que plasmamos en letras.
¿Cuantos abrazos dimos sin tocarnos? ¡Los besos que robamos!
Nunca se vuela mejor que con los ojos abiertos... ábrelos... lee.-
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